La muy probable reelección de Luis Abinader implica la reedición de un escenario político con el que estamos ya familiarizados: el presidente con impedimento constitucional para optar por otro período y la obligada interrogante de si respetará la Constitución y no buscará reformarla para permitirse un tercer mandato. La experiencia histórica nos ha puesto escépticos en ese sentido y estaríamos dudosos hasta ver que Abinader en efecto no iría más. Abinader, como todo gobernante, tiene un anillo palaciego, que buscará persuadirle de continuar. Está entonces por verse si Abinader, quien asegura “nada le hará buscar otro mandato”, pasará la prueba del anillo palaciego y se retira. Si lo hace merecerá encomio.