Como país afectado por los aranceles decretados por el presidente estadounidense Donald Trump, aunque con solo diez por ciento, nos toca saludar la noticia de que un tribunal federal los anuló, argumentando que el presidente se había extralimitado decretando aranceles por encima del Congreso. Pero ni nosotros ni el mundo en general pueden cantar victoria. Ese fallo constituye un revés solo parcial para Trump. Apelado el fallo, está ahora por verse lo que hará la Corte Suprema, si lo ratifica o falla a favor del gobernante, lo que no puede descartarse. Mientras tanto, compás de espera. Todo lo de los aranceles queda en un limbo y crece la incertidumbre global.

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