Los ultranacionalistas no quieren saber de regularización de haitianos y demandan expulsarlos a todos del país. En esa línea, las autoridades anunciaron que no habría plan de regularización y han seguido deportando. El problema con esa idea extrema es que el país necesita trabajadores haitianos, al menos 200 mil para agricultura y construcción, según estimaciones. Mientras los extremistas demandan “deshaitianizar” totalmente el país, líderes empresariales como Frank Rainieri, exponiéndose a ser tachados de “traidores”, exigen mecanismos para regularizar la presencia de trabajadores haitianos necesarios. Advierten que sin ellos tendríamos arroz y apartamentos más caros, una consecuencia indeseable que los ultranacionalistas no pueden decir que no afectaría a nadie.