Los magnates tecnológicos Zuckerberg, Gates, Musk y otros acudieron recientemente al Capitolio a tratar el problema de los peligros de la inteligencia artificial y su regulación. Mientras Europa avanza con su propia ley de inteligencia artificial, los legisladores estadounidenses están bajo presión. En la sesión coincidieron todos en que los gobiernos tienen un importante papel que desempeñar en cuanto a las potenciales consecuencias negativas de esta tecnología: supresión de empleos, desinformación, crimen y más. Entretanto, alienta la opinión de Claudia Paganini, filósofa italiana, de que por todo este debate, la inteligencia artificial será en última instancia más beneficiosa que perjudicial. Que la presión para buscar soluciones y hallarlas funcionará.

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