Dependecia y codependencia, dos prácticas que anulan la voluntad humana. Crean problemas en las relaciones e impiden la libertad individual, lo cual es contrario a la esencia del ser.

La primera la ejerce un “limitado”, la segunda quien lo auspicia. Ambas son dañinas. Consisten en llevar cargas ajenas, de hijos, amigos, parejas, padres y otros, unas veces por control, otras por alguna patología. Cada quien actúa a su manera y con ello elige su destino, igualmente debe asumir las consecuencias de sus decisiones.

Soltar cargas ajenas, soluciona problemas del dependiente y del codependiente, mantenerlas trae consecuencias impredecibles. Soltar suele ser difícil y doloroso, pero necesario y liberador.

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