En países democráticos, la confianza interpersonal, una medida de si las personas piensan que otros son confiables en general, está en su punto más bajo en 50 años. Pero el psicólogo y científico cognitivo francés Hugo Mercier, dice que confiar es la jugada inteligente. Cuando confiamos en alguien, terminamos averiguando si la confianza estaba justificada o no. Cuando no, la mayoría de las veces nunca descubres si deberías haber confiado. Según Mercier, mientras es fácil pasar por alto lo que hemos aprendido de nuestro error; los costos de no confiar en alguien en quien podríamos haber confiado son mayores, pero por regla general casi invisibles. “Darle a la gente una oportunidad no es solo algo moral. También es lo más inteligente”, sostiene.

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