El movimiento del 4% para la educación, que puso de cabeza al presidente Leonel Fernández en el período constitucional 2008-2012, tuvo una motivación eminentemente cívica, no política, supuestamente. Entonces es de esperar que los sectores -apartidistas- que gestaron ese reclamo social, exitoso, ya consideren una reedición. Nueve años de extraordinario gasto en educación (más de US$20 mil millones) y esto no se ha traducido en mejora de los aprendizajes de los estudiantes. Para colmo, peligran aspectos luminosos de la reforma educativa, como el programa “docentes de excelencia” (2015), debido a inclinación político-populista de las actuales autoridades de Educación y Educación Superior. Nueva movilización social. Por una gestión educativa pública profesional, la consigna obligada hora. Para contener el despeñadero.

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