La escritora y activista social estadounidense Marianne Williamson resalta que el pavo real, ave de gran admiración para los humanos por la bella forma y coloración del plumaje de la cola del macho, a veces come espinas para obtener componentes necesarios para conformar la misma, lo que compara con las experiencias adversas de las personas. Estas son, considera, como tragar espinas o bocados amargos, pero pueden servir para hacernos más fuertes, resilientes, mejores personas. “Frecuentemente, lo que es lo más duro de digerir, de procesar e integrar en nuestra experiencia de vida es lo que finalmente nos transforma en una vía positiva”, puntualiza Williamson. Es la reacción más afortunada, al menos; exige mucha paciencia y esperanza.

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