Aunque la comidilla en el ámbito político gira en torno a la proyectada reforma constitucional, en el aspecto social la inquietud máxima es lo que traerá una reforma fiscal. En lo primero, la pregunta dominante es si de verdad se pondrá un candado definitivo a la reelección presidencial. Lo prometido en ese sentido por el presidente Abinader debería ser deuda, pero por antecedentes hay mucho escepticismo. El temor en lo fiscal es que pueda golpear duramente a la clase media y a los sectores más necesitados. Mientras esa es la inquietud general, todo indica que esa reforma será inevitable, por la situación de la economía y de la deuda externa.