Así como la cuestión haitiana juntó al presidente Luis Abinader y los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina, sus rivales partidarios, como causa nacional, así debería ser en el caso de la educación. Debería trascender a la política y ser causa nacional, no objetivo de un partido y gobierno. Esto se ha planteado en más de una ocasión, pero inútilmente. Seguimos igual, con la educación politizada y sin resultados al cabo de doce años de aplicación de ley del 4% del PIB para el sector. El plan del actual titular de la cartera, Luis de Camps, bajo el lema “Educación: reto de todos”, es la nueva apuesta nacional. ¿Rezar?