Cuán importantes son las redes sociales en el mundo lo demuestran toda la cobertura noticiosa y revuelo en torno a la compra de Twitter por el multimillonario Elon Musk.
El cambio ya parece les ha aprovechado a algunos. Gente que bloquearon las políticas de censura de la jefatura anterior, han visto rehabilitadas sus cuentas y ni cortos ni perezosos han publicado cosas que Musk, autodefinido “absolutista de libertad de expresión”, sí permite.
Gran interrogante es si el nuevo dueño permitirá que el expresidente estadounidense Donald Trump, suspendido en 2021 y que celebró el cambio de propietario, vuelva a la plataforma. No se sabe si él quiere realmente volver, pero 90 millones de seguidores seguro lo inducen.
