Ayer asistí a la inauguración del Centro Internacional de Formación de Autoridades y Líderes (CIFAL) de República Dominicana que funcionará en la Liga Municipal. El CIFAL es una iniciativa del Instituto de Formación e Investigación de Naciones Unidas (Unitar).
Básicamente, consiste en un centro de formación para los liderazgos de niveles municipales y congresuales. Se encuentra en distintos países del mundo y el de nuestro país es el primero de la región de Latinoamérica y el Caribe.
La apertura de este espacio me resulta interesante por dos elementos:
Primero, históricamente en nuestro país se ha criticado las profundas falencias formativas de una cantidad importante de autoridades en las alcaldías y en el Congreso Nacional. Es probable que todos los dominicanos mayores de edad en algún momento hayamos hecho algún chiste a costa de las situaciones que se han dado en estos entornos.
Con todo, la parte más delicada de este aspecto tiene que ver con la conciencia de los roles de cada autoridad. Los debates realizados hace unas semanas con aspirantes a diputaciones y senadurías mostraron cómo algunas candidaturas adolecen de mucho desconocimiento en torno a sus funciones reales. Sucede lo mismo en los cabildos.
De manera que un centro dedicado a formar en aspectos clave para que estos liderazgos pasen de ejercer funciones intuitivas a contar con herramientas que aporten al desarrollo del país, es un hecho para celebrar.
La segunda cuestión tiene que ver con la política exterior. Es decir, al tratarse del único CIFAL en la región, nos coloca en posición de estrechar vínculos entre ciudades.
Hace tiempo evalúo el impacto que posee la diplomacia urbana en el desarrollo de los países. Ahora, con formaciones que permitan la participación de representantes de gobiernos locales del resto de la región, podría darse el pie para iniciar una dinámica de diplomacia de ciudades que desemboque en el aprendizaje conjunto, en la articulación de esfuerzos y en la concreción de buenas prácticas de relacionamiento. Espero no estar pidiendo demasiado.