Thomas Sowell nació en Carolina del Norte (su padre murió antes de su nacimiento y su madre era una sirvienta que ya tenía 4 hijos). Se crió en Harlem, entre familiares muy pobres y sin educación académica.
A pesar de estos orígenes, Sowell se graduó de Economía en la Universidad de Harvard y obtuvo un doctorado en la Universidad de Chicago. Ha sido profesor en otras universidades (y miembro del Hoover Institute de Standford University) y es el autor de más de 30 libros donde presenta un enfoque conservador y libertario en sus análisis. También sirvió a su patria como marine en la guerra con Corea. Cuenta en una de sus entrevistas que un vecino fue su “salvador”. Porque le prestó un libro a la edad de 8 años y le enseñó a utilizar la biblioteca pública.

En su juventud se indignaba ante la desigualdad entre su entorno y los barrios acaudalados de Manhattan, y se volvió comunista. Hasta que le tocó trabajar en el gobierno…

Entonces, al toparse con la mediocridad de los burócratas (acomodados a un salario sin aportar gran cosa y a no pagar ningún precio por decisiones erróneas) se dio cuenta de que intentar implementar las ideas de izquierda a través de la planificación estatal no era más que una utopía. Le bastó observar la realidad y usar el sentido común para descartar el comunismo como una solución factible, y convertirse en un abanderado del libre mercado.

Estas son algunas de sus frases más célebres: “No es posible convencer a un funcionario de que aumentar el salario mínimo provoca más desempleo. Al funcionario no le interesa que el desempleo baje, sino que el gobierno le aumente su paga”. “Por mucho que los de izquierda dicen tener compasión, no tienen compasión por el contribuyente”. “Los políticos no están tratando de resolver tus problemas, están tratando de resolver sus problemas”. (Obviamente con tu dinero). “El gobierno no pide que pagues impuestos. Te lo ordena. Es la diferencia entre hacer el amor y ser violado”. “Los pobres no son mascotas que merecen un trato especial sino seres humanos con dignidad y capacidad de salir adelante”. (Sowell no cree en subsidios ni está de acuerdo con que se victimicen las minorías para darles un trato privilegiado).

En 1969 impartía clases en la Universidad de Cornell, y un grupo de estudiantes negros tomó posesión de Willard Straight Hall. Treinta años después los definió como matones, con serios problemas académicos, a los que nunca se les debió haber permitido la entrada a la universidad. También señaló que en los 4 años que estuvo allí como docente jamás evidenció el tan cacareado “racismo en cada rincón”, que justificó el desorden.
Sowell ya tiene 92 años y está retirado. Ahora se dedica a tirar fotos en lugares paradisíacos. En el ambiente académico de hoy, inundado por boberías progresistas, le hubiese estorbado a este brillante pensador. Sin duda es un grande de nuestro tiempo. Y también una especie en extinción.

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