Señor director. El covid 19, que será tema obligado por mucho tiempo más, hoy día sigue tomando fuerza con el mayor hincapié en la vacuna que “supuestamente” nos salvará de morir infectados.
Las medidas tomadas nunca fueron suficientemente seguras, mucho menos igualitarias, cada sector, grupo social y nivel de estatus económico, tenía sus propios límites y reglas, sin que se midiera nunca a todos con la misma vara.

Se dio preferencias a muchos sectores de poder y a otros que generan divisas del exterior como lo es el turismo internacional.
Para poder viajar fuera del país, es imprescindible la prueba, algo más que lógico, ya que encerrarte en un avión por varias horas es una fuente muy peligrosa de contagio, sin mencionar el llegar a contagiar a muchos más fuera de él.

Nuestras autoridades no hacen hincapié en pedir esa prueba a todo el que entre al país, sea nacional o extranjero, sin importar su procedencia, porque aunque viniera de un país con pocos infectados, nada quita que anteriormente estuviera en un país con un alto nivel de contagio. Varios familiares y amigos que viajaron fuera y regresaron luego de unos cuantos días, y otros que vinieron de visita al país, todos decían lo mismo, aquí nadie te pide nada, yo para venir no tuve que hacerme la prueba, nadie me la pidió.

Si es cierto que en el país ya hay varias variantes diferentes del virus, no es por falta del uso de las mascarillas o por socializar, puesto que en el país no la habían, esto sugiere que vinieron de afuera, en esos viajes en los que nadie pidió pruebas y menos cuarentena y llegaron a dispersarse entre todos, en especial en el Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo, donde más abundan los turistas callejeros y donde más ha crecido el contagio. Esos turistas van a nuestras playas y hoteles del interior, se mezclan con la gente y todo está bien con ellos, nadie cuestiona su salud, pues necesitamos dinero para seguir resolviendo la situación.

La logística de los aeropuertos y la entrada irresponsable de turistas y ciudadanos son la causa de ese nuevo brote. Así como el virus entró por el aeropuerto por primera vez, de esa misma manera sigue y seguirá entrando y propagándose si no se toman las medidas necesarias en estos puertos y aeropuertos.

Siempre pagan justos por pecadores, y no me refiero al desuso de las mascarillas, al socializar, o al no vacunarse, todo esto va más allá, y como todo lo que sucede en nuestro país, la irresponsabilidad viene desde lo alto, por favoritismos o intereses económicos.

Pedirles que se vacunen a familiares de personas que estaban bien de salud, y por precaución o cuidar de los demás, decidieron vacunarse, y por motivo de las vacunas tuvieron que ingresarlos en UCI por varias semanas, y los estudios no revelaban el problema o enfermedad que lo justificara, y hoy lloran la muerte del ser querido, sería indecoroso, una barbaridad. Hay familias que lo están sufriendo. Vacunarse es una decisión muy personal.
Idalia Harolina Payano Tolentino
Colaboradora

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