Un fin de semana largo se presta para divagar, y caen a la perfección las letras de la canción Tirana (La Lupe): “Cada cual en este mundo/Cuenta el cuento a su manera/Y lo hace ver de otro modo/En la mente de cualquiera”. Efectivamente, existe en el país un constante dime y direte; diente por diente, me tiras las cajas y yo los cajones. No se deja pasar una con tal de llevar la contraria y se hace caso al necio que solo ve la paja en el ojo ajeno. El mejor antídoto es una de las 48 leyes del poder de Greene (la 10): Evitar a los perdedores y a los desdichados. Dejar al amargado y al resentido, si les hace feliz, contar el cuento a su manera.