En la campaña política que se desarrolla por la rectoría de la UASD se observa cómo determinados candidatos protagonizan con un derroche de propaganda, que es sinónimo de dinero. No sabíamos que los profesores tenían tanta capacidad de gasto para un puesto que en el pasado fue esencialmente académico. Parecería que se compite por el control de algo más que una pobre ínsula. Y es que la UASD ha devenido en una oportunidad para muchos. La competencia parece cerrarse entre Emma Polanco, Editrudis Beltrán, Rafael Nino Féliz y algo distante Francisco Terrero Galarza. El resto es parte del folclor universitario en esa afanosa búsqueda de repartirse algo más que problemas. Pobre Universidad.

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