La cita de los peledeístas mañana es histórica y se han expuesto varias razones para justificar esa apreciación. Entre las variables que se manejan hay una que si se incumple no validaría al ganador y es que debe hacerlo con tal cantidad de votos que sea expresión del visto bueno de una gran mayoría de los militantes y simpatizantes. Un triunfador con el 30% de los sufragios, aunque sea un porcentaje holgado respecto al segundo lugar, sembraría la percepción de ser un candidato presidencial que ni con su gente cuenta, lo que sería un grave problema de legitimidad. A Dios que reparta suerte y que los morados salgan con bien del berenjenal, para no dar pie a los que dicen que se metieron en camisa de once varas.