Una virtud de de la clase política de República Dominicana es que aunque siempre deja la sensación de que se está matando, al momento de grandes decisiones logra ponerse de acuerdo. Hemos sufrido crisis político-electorales que parece entraría el mar, pero se les busca la vuelta. Incluso, se puede decir a boca llena que los dominicanos vivimos en una democracia donde las instituciones básicas del sistema funcionan. No es el caso de Perú, donde la crisis institucional es tan aguda que cinco expresidentes tienen problemas con la justicia acusados de corrupción, homicidios y desaparición forzada (Kuczynski, Humala, Toledo, Fujimori y Morales Bermúdez; y el penoso final de Alan García). El consejo a nuestros políticos es que preserven la democracia que tienen y se miren en el espejo peruano.

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