Anda por ahí un vídeo en el que participan unas cuantas personas, en Nueva York, lanzando vituperios contra Miguel Vargas Maldonado, canciller de la República y presidente del PRD. Sin quizás, es uno de los políticos más denostados, en la generalidad de los casos, en la destructiva política. La división de su partido desató los infiernos, pero ha logrado sobrevivir. Es impresionante la parsimonia con que reaccionó frente a los insultos hirientes a que lo sometieron. Ningún gesto, palabra, sencillamente, una sonrisa benevolente a quienes lo señalaban en términos tan groseros. El canciller ha cumplido su papel como pocos esperaban. No se merece una persecución tan implacable, que pretende degradar hasta su condición humana.

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