Alrededor de la Cámara de Cuentas, el órgano constitucional fiscalizador externo del Poder Ejecutivo, hay una especie de fuego cruzado, y con artillería pesada. De un lado, el presidente de la Cámara, doctor Hugo Álvarez, critica al PLD por alegadamente torpedearle la auditoría correspondiente a los recursos que recibe de la Junta Central Electoral. Desde otra dirección, el presidente Luis Abinader le tiene la mira puesta y no le deja pasar una bola a la Cámara de Cuentas. Las dos ocasiones en las que se ha referido públicamente han sido misiles los que le ha disparado y de la categoría aire, mar y tierra. Y nadie saca una bandera blanca ni tampoco se escucha una voz pidiendo ¡alto al fuego!