Empresarios, comerciantes, transportistas y líderes comunitarios de Maimón fungieron ayer como “fuerzas vivas” de Cormidom al solicitar su reapertura. Tal expresión era utilizada por Balaguer para referirse a sectores organizados dispuestos a apoyarlo en circunstancias especiales. Y es que la suspensión de esa minera es precisamente un momento especial, ya que miles de familias se han visto amenazadas ante la ausencia de la única empresa que dinamiza la economía en ese municipio. Cormidom es de las pocas mineras que mantienen un convenio colectivo con un sindicato y una de las pocas que cerraron durante la pandemia y continuaron pagando el 100% salarial a empleados. Eso es suficiente para que el sindicato sopese el diálogo y se solucione el impasse para que esta reabra sus operaciones.

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