Existe un proyecto de ley, y una ordenanza municipal, de un diputado y del cabildo de la capital, bien inspirados pero con los que la gente hace chanza. Lo del cabildo es que en la zona urbana el límite de velocidad de los vehículos sea de 50 kilómetros por hora, cuando por el infernal entaponamiento se anda a pasito lento, y difícilmente aparezca un tramo en que se alcance ese límite. Lo otro es el proyecto que penaliza el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos (lo que incluiría bares, colmadones, centro cerveceros, liquor store…) donde se agolpa el ciudadano común, de a pie, que no conoce el interior de una discoteca ni de un sitio de lujo. Mejor será que en estos días de campaña electoral no se toque esa tecla.