La vicepresidenta Raquel Peña, que el domingo entró a la Dirección Ejecutiva del PRM; la utility del Gobierno, la que le tapa al Ejecutivo más hoyos que Obras Públicas en carreteras, parece tener sabiduría para un mundo como el de la política, que amerita gran sentido práctico. Fue lo que evidenció frente a organizaciones que defienden rabiosamente el 4% del PIB para la educación. Les dijo que también para el Gobierno es punto innegociable, que ella marchó por esa conquista y los despachó contentos a pedirles que sugieran entonces en qué se invertiría la millonada que no se ejecutaría, en lo que los entretendrá en lo que resta del año. Buen debut y fino tacto de Raquel en lo puramente político, para lo que se precisa de cierto “tigueraje”.