El viejo eslogan popular, de carácter revolucionario y muy en boga en la época de la guerra fría, de que en la “lucha del pueblo nadie se cansa”, tiene una nueva aplicación o resurgir para un nutrido grupo de viejos dirigentes izquierdistas dominicanos, que no pierden oportunidad para estar en primera fila en cualquier marcha, caravana, protesta o manifestación contra el poder.
Ese protagonismo lo ejercen no importa si tengan que hacer causa común con el “imperialismo yanqui”, aquel que fue su enemigo o rival, el motivo de sus luchas. Más contradicciones tienen ahora con las posiciones de la Iglesia Católica que con el gran imperio. ¡Cosa más grande en la vida!, diría en su tiempo Tres Patines.
