Dice la fábula, cuando se anuncia algo más grande o importante de lo que termina siendo, que los montes parieron un pequeño ratón. Así sucedió con la cacareada auditoría de Punta Catalina, que más que auditoría resultó un informe, pues al contrario de lo que dicen las normas no consultaron al auditado ni socializaron el contenido. Para más decepción de los agoreros, este informe en lo esencial destaca su buen diseño y construcción, y que los equipos utilizados eran los más adecuados. El presidente Abinader en su discurso remató: “Hoy es una de las plantas más eficientes del sistema”. Asustaron que “ahí viene el lobo”, y les salió un corderito o el tiro por la culata. En términos populares: “Se quedaron oliendo donde guisan” y aún así siguen buscando la quinta pata al gato.
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