Padres de familia quejándose de que los políticos son tan depredadores que hasta arrasan con la tradición de los Santos Reyes Magos. Que si bien resulta grato para algunas familias carenciadas que sus hijos reciban juguetes de los dadivosos políticos, al mismo tiempo los niños descubren que esas personas físicas resultan más obsequiosas que los Santos Reyes, ya sin magia ni gracia para extender sus manos a todos. Porque sus padres (los Reyes verdaderos) no tienen suficiente efectivo para llenar las expectativas de sus pequeños, dejando a los Santos Reyes mal parados, imposibilitados de competir con políticos tan generosos. No olvidemos que el invasor Santa Claus también merma los milagros de los Santos Reyes.

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