Llueven las sugerencias para que la salida a la situación haitiana llegue desde fuera. Hay voces a favor de que la ONU vuelva a enviar sus casos azules o que sean los Estados Unidos lo que desembarquen tropas; otros proponen un fideicomiso y no falta quien pida un protectorado de Francia y Estados Unidos, pero conservando los haitianos su autonomía. Muy pocos, por no decir nadie, ve desde lejos que la salida provenga de los propios haitianos, salvo el Papa Francisco y los obispos de Haití que coincidieron ayer en un llamado, citamos: “A deponer las armas y elegir la vida, vivir juntos, fraternalmente, en el interés de todos y de Haití”. Todo un poema.
