Hay que insistir en la atención especial que amerita el fatal accidente vial en Bávaro en el que fallecieron cinco turistas, y que no queden cabos sueltos que vendan la idea de que hay descuido con las víctimas y sus familiares. La medida de coerción al conductor, decisión de un juez, se debe corresponder con la gravedad del hecho sin importar las presiones de los gremios de choferes, y no se puede repetir lo ocurrido en el tribunal el martes: que turistas que resultaron lesionados imploraron que les ayuden a solventar gastos médicos. De ser así, mostraría desatención y generaría un ruido nada conveniente, cuando lo que manda el “librito” del turismo es que mientras más fuera de la agenda mediática estén situaciones de este tipo, mejor.

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