Con la temporada de pelota de República Dominicana en curso, la que algunos se empecinan en llamar invernal cuando se desarrolla mayormente en el otoño; y con la Serie Mundial de Béisbol en sus buenas y viene zumbando por ahí el Mundial de Fútbol, habrá entretención para rato, lo que se constituye en un aliado indirecto y circunstancial del Gobierno por aquello de que a falta de pan, circo. A propósito de circo y de la pelota nuestra, por la pasión que genera y por ser uno de los escenarios que mejor retratan la idiosincrasia del criollo, ningún político o candidato la denuncia como un circo, salvo que su asesor o estratega sea extranjero. Circo o no, con Abinader y Abel con las Águilas, Leonel queda en minoría.

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