Se repitió ayer en el 24 aniversario del fallecimiento de Peña Gómez lo que ocurrió en marzo en su fecha natalicia, ya que sus familiares y compañeros estuvieron repartidos en los distintos actos celebrados por el acontecimiento, y tanto el PRD, el partido al que dedicó toda su existencia, y el PRM, lo reclamaron, cada uno por su lado, como su ideólogo, mentor y guía. Fue penoso, lastimero, que viuda, hijos y nietos cargaran a cuestas a “su” Peña Gómez, mientras que, paradójicamente, para la gran mayoría del pueblo, incluidos muchos de los que lo adversaron, fue un verdadero líder, histórico, trabajador incansable en busca de sus objetivos, con capacidad de convocatoria, carisma, humildad y con un don, un ángel, además de responsabilidad personal.

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