La farándula, el mundo de los artistas y el espectáculo, es entretenimiento, y para algunos se presta para todo. No debe ser así. Todas las personas tienen derecho a una vida privada y merecen ser respetadas en su intimidad. Las “revelaciones” sobre la vida íntima de una notoria y brillante artista del cine de origen dominicano, expuestas en un programa de televisión ayer constituyeron un exceso de ese presentador. La preferencia, lo que haga o no haga en su vida, con quien fuere, es su propio fuero. Y nada justifica que se aireen “graciosamente”. Que fulana tenga una relación con zutano es de su total incumbencia. Lo otro es una agresión y una grosería.

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