Gente activa de la sociedad civil, ONG y grupos locales que hasta al extranjero iba a favorecer personas de ascendencia haitiana y al propio Haití; que no daba respiro a Danilo por supuesta persecución y discrimen, no aparece ahora, con lo del canal en el río Masacre, para defender la postura firme de Abinader y tampoco para compadecerse de los constreñimientos que le acarrea el cierre al noble y sufrido pueblo haitiano. La mayoría de esos, escondidos ahora de forma vergonzante, se fueron con Abinader en 2020 y ocupan puestos de relevancia o consiguieron un buen empleo. Como los que más voceaban y amaban a los haitianos están tan calladitos, y no se sienten, habrá que suponer que los bendijeron con alguna suculenta tajada que apagó el amor.

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