Se podrá decir lo que se quiera, incluso especular y atizar rancios prejuicios geopolíticos-ideológicos ya superados, sobre dos trascedentes momentos históricos que, en menos de 20 años, ha protagonizado el país: la apertura de las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales con dos países: el primero, “en el mismo trayecto del sol”, como diría nuestro Poeta Nacional, Pedro Mir, Cuba (1998); y el segundo, como diría Juan Bosch, en “las Antípodas”, China (2018).

Y fue el mismo Fidel Castro, si mal no recuerdo, en una visita que realizaran líderes políticos dominicanos a la Habana, quien exaltó el gesto o libre ejercicio de soberanía del gobierno de turno -sellada con su vista oficial-histórica (1998)-, pero también, la tardanza de otros gobiernos, “demócrata-liberales”, en marcar, oficialmente, el antes y el después.

Esos dos hitos históricos, no habrá forma de regateárselos a dos presidentes y líderes del partido que fundara Juan Bosch (PLD-1973): El doctor Leonel Fernández y el licenciado Danilo Medina actual presidente del país que, justamente, acaba de realizar la primera visita –invitación oficial- de un Jefe de Estado dominicano a la República Popular China para reafirmar esas relaciones, dejar inaugurada nuestra sede diplomática en el gigante asiático y firmar 18 acuerdos vitales para la expansión y proyección de nuestras exportaciones, turismo, política de cooperación técnica-financiera e intercambio cultural.

Y si quisiéramos precisar dos enfoques claves-estratégicos -como política de Estado- para el desarrollo y avance del país en estos últimos años, sobresalen dos: crecimiento económico (con estabilidad-macroeconómica sostenida) y ruptura-redimensión histórica de nuestra política exterior a niveles increíbles, pues el país ha sido posicionado en el centro mismo de las grandes tendencias globales del comercio, la tecnología, los bloques y sub-bloques económico-geopolíticos, y más que ello, en algunos casos, haciendo de líder-mediador –regional- en conflictos-crisis de difícil y compleja solución -Venezuela-Honduras-Ecuador- apostando siempre al diálogo, los consensos y la auto-determinación de los pueblos. En consecuencia, y como reconocimiento a esa presencia activa en el escenario internacional, hemos sido sede de innumerables foros y eventos de la agenda global y regional.

Sin duda alguna, la apertura de las relaciones diplomáticas con Cuba y China perfilan al país en la ruta histórica correcta, en un mundo cada vez más globalizado, subdivido en bloques-económicos; pero más que nada, donde lo ideológico fue engullido -y hace rato- por lo geopolítico-comercial, el pragmatismo de la diplomacia de las conveniencias, el aprovechamiento -explotación-racional-comercial- de los recursos naturales-minerales, y porqué no, la ubicación geográfica o, como dijera un conocedor y estudioso de la geopolítica y las relaciones internacionales -el Embajador, Gedeón Santos-, por “El poder de atreverse”.

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