Las quejas por la inercia de quienes deben “empujar” positivamente la cuestión provienen de sectores claves. Las opiniones van desde expertos a inversionistas, los que estiman que no hay nada puntual para mostrar.

El riesgo, ante esa realidad, es que las alianzas público-privadas (APP) no lleguen a arrancar, que es lo que está ocurriendo.
Solo se sienten en el discurso de algunas de sus autoridades, las que se quedan a ese nivel, el del discurso, para destacar dizque estamos avanzando cuando es lo contrario.

Se dan casos como el de inversionistas que financian estudios sobre una obra y de repente toda esa inversión se pierde.
En ocasiones es desde el propio Gobierno que se decide lo contrario de lo que inicialmente se pretendía hacer, con lo que queda “enganchado” quien costeó los estudios de base.

En otro escenario se dejan agotar los tiempos y cuando las respuestas llegan ya los plazos se han vencido y otra vez hay que empezar de cero.

Es tiempo ya de que aprendamos, en materia de alianzas público-privadas, de experiencias como las de Perú, Colombia, Panamá y Chile. Allí el modelo permitió desarrollar proyectos de tal manera que sin esa sinergia, posiblemente habría sido muy difícil concretarlos.

Por ejemplo, en Colombia ha funcionado en la construcción de carreteras, en Panamá en la del Metro y en Perú en proyectos de impacto social.

Las características de este tipo de alianzas es que permitirían encaminar los esfuerzos del sector privado en conjunto con los del sector estatal sin recurrir a prolongadas financiaciones externas que se cargan a las generaciones futuras.

El presidente Luis Abinader se ha empeñado en que se avance en proyectos bastantes puntuales y ha dado pasos concretos para conformar las APP.

Quizá lo que esté pasando al respecto es que no haya habido suficiente interés y promoción, sobre todo dentro de las instituciones públicas.

Sería un costoso error que se desaprovechara una ley cuya gran ventaja es que ofrece opciones para promover el desarrollo de proyectos de gran escala sin comprometer a corto plazo la capacidad de endeudamiento del Estado.

Talvez estemos en un punto en el que se avance de la teoría a la acción, a lo práctico, a lo concreto, a lo medible, porque de que se ha hablado mucho de alianzas público-privadas se hablado, probablemente en demasía..

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