Ayer, 25 de septiembre, se cumplió el 57 aniversario del funesto derrocamiento de la presidencia de Juan Bosch, cuando los dominicanos vieron truncar de un golpe su proyecto hacia la democracia, cuando los sectores más conservadores se coaligaron contra el gobierno libremente elegido el 20 de diciembre de 1962.

Juan Bosch era el símbolo del renacer dominicano después de la larga y oprobiosa tiranía de 30 años bajo la jefatura de Trujillo.
Bosch, un hombre sencillo, que logró hacer empatía con los dominicanos de la época, juró el 27 de febrero de 1963.

Pero desde antes de su elección, quienes pretendían apropiarse de las infraestructuras y empresas que heredó el Estado de la tiranía, empezaron a maquinar para evitar que un hombre de sus ideas, fundadas en la justicia social y la libertad, no agotara su programa reformista de gobierno.

No se podía decir que sus días estaban contados, pero factores externos, como la política intolerante de Estados Unidos, que recelaba de un gobierno popular bajo un liderazgo nuevo, rechazado por la Iglesia Católica y la parte de las Fuerzas Armadas bajo la influencia de la Unión Cívica Nacional, más la campaña mediática de la que lamentablemente formó parte El Caribe de la época, hicieron que el proyecto democrático fuese derrocado siete meses después, ese triste 25 de septiembre.

Ese golpe brutal que arrasó la voluntad abrumadora de los dominicanos, y con ella la Constitución, tendría consecuencias terribles para el destino nacional. La represión fue el modo predominante, lo que restringió el ejercicio de la libertad, al grado de que tres meses después lo mejor de la juventud política se alzó en armas bajo el liderazgo de Manuel Aurelio Tavárez Justo, acción que también fue ahogada en sangre.

Un año y cuatro meses después, el pueblo, apoyado por un sector democrático de las Fuerzas Armadas, se levantó de nuevo en defensa de la libertad y la Constitución del 63. La frustrada revolución del 65 tendría un alto costo en vidas. Y después, los opresivos doce años de Balaguer.

El golpe contra Bosch fue un crimen. Un terrible daño contra el pueblo dominicano que todavía no ve cerrar completamente las heridas.

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