Una evaluación de la primera semana del presidente Luis Abinader sugiere que comenzó con buen pie. Aunque en ese período el centro de su actividad necesariamente debía constituirlo las designaciones, adoptó medidas importantes.
Además, ha actuado en consonancia con el momento que le ha correspondido gobernar, en medio de una pandemia horrible que precipitó una crisis económica que paralizó la economía durante un largo período.

Desde el 16 de agosto concentró la atención en la necesaria transparencia como sello predominante en la nueva administración, y en efecto, ya el lunes el país tenía una nueva procuradora general de la República, Miriam Germán, una antigua jueza que fue perseguida y victimizada en el pasado proceso de selección de los jueces de la Suprema Corte de Justicia a cargo del Consejo Nacional de la Magistratura, con Yeni Berenice Reynoso como Adjunta.

Asimismo, designó una comisión para para el desmonte de la Corporación Dominicana de las Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).

En esa dirección, la Presidencia anunció a través del secretario administrativo José Ignacio Paliza, que las instituciones públicas serán auditadas. Saber qué y cómo las recibieron.

El miércoles, el presidente Abinader reafirmó su voluntad dialogante. Anunció que se reunirá con el liderazgo nacional para escuchar y valorar sus ideas para encarar la crisis económica y social. En el encuentro donde hizo ese anuncio, trazó las líneas generales de lucha contra la COVID-19. Precisamente, ahí estuvo el Colegio Médico Dominicano (CMD), con lo cual deja en el pasado la política de la administración anterior, de rechazo a toda forma de colaboración social y política, prefiriendo afrontar todos los problemas desde el círculo del funcionariado gobernante. Es decir, envió un mensaje de apertura y comunicación.

El jueves, adoptó otras medidas adelantadas: la disolución del Despacho de la Primera Dama y el endoso a Salud Pública del Centro de Atención Integral para la Discapacidad (CAID).

Y con sentido práctico dispuso la continuidad de los programas sociales Fase, Quédate en Casa y Pa’ti, instrumentados por el pasado gobierno para auxiliar a los trabajadores y empresas más vulnerables por la pandemia. Obró en atención al principio de continuidad del Estado. Y ayer viernes empezó el plan nacional de lucha contra el coronavirus.

Abinader comenzó con buen pie.

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