El gobierno nacional tiene todo el apoyo. Todas las fuerzas políticas, sociales, los sectores productivos, llámese empresarios, servicios, comerciantes, agricultores o ganaderos, construcción, las iglesias y los dominicanos que aman la vida, que son todos, han aunado voces y voluntades para decirle al gobierno que cuenta con su respaldo. Además, institucionalmente, el Poder Ejecutivo tiene el aval del Congreso Nacional para adoptar las decisiones más convenientes para todos.

Lo han hecho de manera manifiesta y unánime, para contribuir con ideas o iniciativas tendentes a alcanzar los mejores resultados en el combate inevitable con el agente que azota la humanidad: el COVID-19.

De modo que con el respaldo de todos, el gobierno lo que debe es poner en uso sus mejores inteligencias, capacidades y facultades. Estar también presto a oír, si fuese necesario socializar algunas políticas, que no deben ser todas, porque el momento es de acción, aunque los discursos también son importantes para transmitir a la ciudadanía los mensajes clave para que contribuyan también a reducir los riesgos del coronavirus.

En pocas palabras, el gobierno está en la plenitud de aprobación sociopolítica, nada para distraerse ni perturbarse, porque la Nación está con sus autoridades. No hay motivos formales para que no enfoquen con puntería y precisión.

Naturalmente, sabemos que carga con un enorme peso, que es cuidar la salud y la vida de los diez millones de dominicanos, que impotentes ven cómo avanza la peste de estos tiempos.

Desde esa perspectiva, tiene todas las formalidades para cumplir con propiedad con la encomienda a cargo y trabajar para fortalecer las garantías de las personas, la confianza de que hace las diligencias apropiadas para el fin propuesto.

De modo que con sabiduría, prudencia, tacto, pragmatismo y voluntad de entrega total, el gobierno puede alcanzar lo que aspira todo el pueblo, que el COVID-19 no lo aniquile.

Los dominicanos –insistimos- debemos hacer todo lo adecuado para que sea así, mediante el cumplimiento de la parte que nos corresponde, que es el respeto a las directrices de las autoridades, en todos los sentidos.

Esperemos que la batalla sea lo menos dolorosa posible para todos.

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