La inseguridad ha hecho un pico en Santo Domingo Oeste, dramáticamente. Los criminales tienen ahora unos objetivos más específicos: miembros de los organismos armados, principalmente de la Policía Nacional. No escapan tampoco ciudadanos civiles, como Jorge García, hermano del periodista Luis García, asesinado el miércoles para llevarle su arma.
Los delincuentes desalmados están matando a las personas simplemente para arrebatarles sus armas. Se arman para cometer sus crímenes y al mismo tiempo retan a las autoridades.
El pasado domingo dos hombres asesinaron a tiros al raso de la Policía Fullcy Pereira Laureano, para quitarle su pistola, en Pedro Brand. Con esa misma arma ultimaron a Esperanza Severino, quien inocentemente se dirigía a su trabajo y quedó atrapada en un enfrentamiento entre bandas que se disputaban un punto de drogas, el pasado 15 de agosto, en Hato Nuevo, Manoguayabo, municipio Santo Domingo Oeste.
También el domingo pasado, en el barrio Invi, de Los Alcarrizos, un sargento de la Policía asignado a la seguridad del Metro, fue asesinado para robarle su arma. El sábado 12, desconocidos ultimaron a tiros a un comerciante e hirieron a una mujer en un colmado del sector Pueblo Nuevo, en Los Alcarrizos. En ese hecho murió Gregorio Antonio Burgos Brito y Clarisa García Villamán resultó herida.
Y el pasado jueves en la noche, cuatro criminales, desde dos motocicletas, asesinaron a un sargento de la Policía en la prolongación 27 de Febrero, en el municipio Santo Domingo Oeste, y también hirieron a otros dos miembros de la institución que intercedieron.
Como se ve, la Policía es desafiada por estos criminales en esa demarcación. Y eso es totalmente inaceptable. La Policía ha ordenado la persecución de esos individuos, pero lo ideal es que estos hechos no hubiesen ocurrido.
¿Cómo es posible que una banda opere de esa manera, con criminal desparpajo e irrespeto, sin que la Policía la haya capturado? Y pensar que asesinan a su propia gente, lo que es un desafío inaceptable.
El 14 de este mes, cuatro desconocidos mataron a tiros en Hato Nuevo, Manoguayabo, a Daniel Antonio de la Rosa para quitarle un arma de fuego.
