Recientemente se celebró un seminario de formación con el objetivo de retomar la implementación de la Estrategia Nacional de Cultura de Paz, un proyecto que llevan adelante el Ministerio de Educación y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para fortalecer las capacidades de los docentes en una educación sin violencia y promover la participación de los estudiantes como mediadores en la resolución pacífica de conflictos.
Esta estrategia, que busca una convivencia armoniosa en las escuelas y generar un ambiente propicio para el logro de los aprendizajes, pretende ser una respuesta a un problema que no se origina en las escuelas, sino que es apenas una manifestación de lo que los estudiantes viven en su cotidianidad y en la sociedad en la que se desenvuelven.
Quizá lo novedoso de este caso es que deja a un lado el modelo punitivo en el abordaje de la disciplina y de los conflictos en la escuela, para dar paso a un modelo de prácticas restaurativas que reparen el daño e incentiven relaciones armoniosas, y erradicar el acoso escolar (bullying).
También se incluye en esta estrategia contrarrestar la violencia en las redes sociales, a través de las herramientas e-Pana y e-Mentor que se orientan a la prevención de las uniones tempranas.
No es una novedad que nuestros adolescentes están expuestos a la violencia en diferentes formas, ya sea en el ámbito familiar, en su comunidad, en la convivencia escolar y hasta en los modelos que se les presentan desde las series de televisión, películas y videojuegos adictivos a los que tienen acceso.
Apoyamos esta y todas las iniciativas y estrategias destinadas a la armonía en la convivencia escolar, porque resulta imposible educar en valores en un marco de violencia consuetudinaria, pero también creemos que el problema requiere de un abordaje integral, que involucre a las familias, a las instituciones, y que se aplique de una manera metódica, que implique su continuidad y su permanencia ininterrumpida en el tiempo.
Solo así nuestro sistema educativo será capaz de formar hombres y mujeres comprometidos con el bienestar futuro de la República Dominicana.
