Deploramos el nuevo gravamen

La población dominicana sobrepasa ya los 10 millones, de los cuales 7.1 millones tiene acceso a Internet. La gran mayoría de esos usuarios lo hacen desde teléfonos móviles.

La población dominicana sobrepasa ya los 10 millones, de los cuales 7.1 millones tiene acceso a Internet. La gran mayoría de esos usuarios lo hacen desde teléfonos móviles.

Los teléfonos móviles son el principal y más rápido medio de acceso a una gama inmensa de contenidos esenciales para la vida. Desde noticias, negocios, oportunidades de mercado, entretenimiento, diversión, comunicación personal y grupal. Han devenido en una necesidad. Son instrumentos de interacción social.

En el plano estrictamente personal, han estimulado los aprendizajes, toda vez que para acceder a las datas, es imprescindible conocer el código de la escritura. Es verdad que los símbolos gráficos facilitan la utilización a los adultos no alfabetizados, pero en la práctica despiertan el interés por aprender el lenguaje escrito. Estimulan la alfabetización.

Es innegable que el móvil constituye una ayuda de primer tipo. Es un soporte básico para cualquier programa de profundo y extenso calado hacia un mundo digital a que aspiran los países que de verdad cuentan en el mapa en términos económicos y políticos. De ahí que los diferentes formatos de entrada al mundo digital son fundamentales para cualquier proyecto nacional. Y la República Dominicana se inserta en ese propósito.

De verdad, el teléfono móvil es el principal amigo del proceso de digitalización, y lo propio es que el Estado estimule su expansión. En esa dirección, está el interés de proveedores de apoyar los programas públicos establecidos con ese objetivo.

Aunque parezca simple, los móviles valen tanto como las terminales de las escuelas o las laptops de los estudiantes. Contribuyen a disminuir la brecha digital.

Por eso, no se entiende cómo el gobierno decidió aumentar el gravamen a los teléfonos móviles, sin discriminar costos. Contradice el empeño en promover el acceso a Internet y a las diferentes plataformas que ofrece.

Como en su momento los gravámenes al papel resultaron lesivos a los periódicos impresos, igual ahora se afectará el derecho a la información, aunque parezca una exageración.

Porque ya el teléfono dejó de ser un aparato de intercomunicación personal. Se ha convertido en una plataforma múltiple para recibir, capturar y compartir contenidos informativos y ensanchar el conocimiento y la libertad de expresión.

Deploramos un mayor gravamen a los teléfonos móviles.

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