Día de los Derechos Humanos, 75 años después: por qué es importante
Día de los Derechos Humanos, 75 años después: por qué es importante

La expresión derechos humanos define un conjunto de libertades, garantías elementales y posibilidades a las que cualquier persona, por el solo hecho de ser humana, debería tener acceso en cualquier parte del mundo, o al menos en cualquiera de los países que forman parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Fue precisamente la ONU la que estableció el 10 de diciembre como el Día de los Derechos Humanos, en 1950, en conmemoración de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que la Asamblea General aprobara en 1948.

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” dice el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo cual significa que esta dignidad abarca a toda la especie humana, sin distinción de origen o nacionalidad, condición social o creencias religiosas, idiomas o color de piel.

Y aunque esta declaración es el documento más traducido del mundo, su aplicación y su cumplimiento están siempre, y a veces cada vez más lejos, de hacerse realidad.

Entre los derechos fundamentales de los seres humanos figura el acceso a una vivienda digna, a la educación, a un trabajo por el que debieran recibir una remuneración digna que permita alimentarse y vestirse adecuadamente, a elegir libremente a sus autoridades y a opinar sin que ninguna autoridad controle sus opiniones ni censure su publicación, y estos son solo algunos de esos derechos.

Lamentablemente, cada gobierno, cada país y cada grupo de poder define en la práctica hasta dónde ha de respetar esos derechos y establece sus propias leyes respecto a su ejercicio, de manera que no todos se acatan a cabalidad en los diferentes estados.

Sin embargo, el mundo evoluciona y las sociedades cambian, se transforman y cada vez más crece el consenso universal que hace conciencia de los derechos fundamentales de los seres humanos y lo bueno es que, precisamente, esa declaración universal, refrendada por los países signatarios, constituya un ideal, una exigencia del respeto a la condición humana que trasciende las fronteras.

Esa declaración cumple 75 años de existencia, y el lema elegido por la ONU es: “Dignidad, libertad y justicia para todas las personas”, una frase suficientemente abarcadora y profunda como para que todos tomemos conciencia de nuestros derechos fundamentales y aportemos nuestro granito de arena en la defensa universal de la dignidad humana.

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