Sólo quedan 26 días para la celebración de las elecciones municipales y todavía algunos partidos persisten en abrir procesos que impactan en el calendario de trabajo de la Junta Central Electoral (JCE).
El Tribunal Superior Electoral (TSE) trabajó hasta la madrugada de ayer y conoció el 100% de los casos sometidos contra resoluciones de las juntas municipales. De modo que, por esa vía, quedó despejada la pista para que la JCE avance en la dirección deseada.
Pero algunos partidos persisten en generar situaciones que en nada contribuyen al buen desenvolvimiento del proceso electoral. La instancia del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ante el Tribunal Superior Administrativo (TSA), mediante la cual buscaba y consiguió subir un peldaño en la posición donde habrá de aparecer en la boleta electoral, es el más reciente conflicto del proceso.
La decisión del TSA suspendió la resolución 34-2019 de la JCE del 10 de diciembre pasado, en la cual había establecido un criterio sobre el orden de los partidos en la boleta electoral, con lo cual le dio ganancia al PRD, sin que conociera todo lo relativo a los aspectos típicamente administrativos propios de la gestora del proceso electoral.
Anoche el Pleno de la JCE acogió la sentencia del TSA y restableció los criterios instituidos para las elecciones de 2016, pero habría que ver cómo accionará la parte perdedora en este caso, el PRSC.
La sentencia del tribunal administrativo impacta todo el proceso, y no faltan versiones grises sobre las verdaderas motivaciones. En todo esto, los actores principales son los partidos, los cuales parecen conducir el montaje de las elecciones a un oscuro callejón.
Como lo de las boletas hay otros procesos en desarrollo que más o menos han seguido un curso razonable, y la esperanza es que lleguen a un final satisfactorio.
La sociedad debe estar bien alerta acerca de la instrumentación de determinadas instancias del poder judicial para sacar convenientes políticas.
Es cada vez más evidente que se requieren algunas dosis de moderación, a no ser que se piense llevarlo todo al despeñadero.
