Economicemos el agua

Ahora que las lluvias y las aguas escasean se aviva una preocupación ya constante en quienes observan los deterioros en bosques, ríos, fuentes de agua menores, como arroyos y cañadas, lagunas y humedales.

Ahora que las lluvias y las aguas escasean se aviva una preocupación ya constante en quienes observan los deterioros en bosques, ríos, fuentes de agua menores, como arroyos y cañadas, lagunas y humedales.

El agua es un bien. Pero hay quienes se olvidan de que puede agotarse. Para evitar que suceda, hay que cuidar las fuentes que las proveen. De hecho, se estimula su cultivo y conservación mediante prácticas amigables al medioambiente y de manera concreta, protegiendo las zonas donde fluye hasta deslizarse a través de los diferentes cauces. O protegiendo el subsuelo donde suele abundar con acciones o políticas adecuadas para evitar su contaminación o deterioro, o explotándola racionalmente.

Vemos ahora la importancia del agua y a todos preocupa, sea para el uso en la agricultura, para el consumo humano, animal o para determinados procesos productivos, servicios, etcétera.

Entendiendo todo eso, debemos valorar este importante recurso natural. En lo relativo al agua para el consumo humano, ahora es más que necesario manejarla con mayor sentido de responsabilidad. Conscientes de que cuando se desperdicia de cualquier forma, disminuyen las posibilidades para obtenerla.

Cada ciudadano tiene que hacer lo adecuado para que llegue a todos. Corresponde a los administradores del servicio de suministro elevar la eficiencia para controlar las fugas y pérdidas, por deterioro de las tuberías o por malas prácticas de algunas agencias que realizan labores en las calles y avenidas. Destruyen instalaciones y no hacen las diligencias para repararlas o al menos comunicar el daño.

Comprender todo esto cobra mayor importancia porque nadie sabe en qué tramo de la sequía nos encontramos.
Mientras tanto, algunos embalses de agua están en niveles mínimos, con la capacidad de suministro ya medida por días contables.

El vaticinio de las autoridades es que en mayo empezará a llover, pero es un pronóstico, y como tal, puede fallar.

Seamos positivos y esperemos que ese pronóstico falle de manera inversa, que empiece a llover desde abril, que ya está a la vuelta de la esquina.

Ahora, economicemos el agua, cada día más escasa.

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