El informe emitido ayer por el Banco Central sobre las remesas recibidas durante el pasado enero y que ascendieron a US$759.3 millones, lo que supera en US$172.4 millones y US$222.2 millones a las que ingresaron en enero de 2020 y 2019, respectivamente, contiene varios aspectos dignos de ser tomados en cuenta.
Por ejemplo, dice el Banco Central que el 83.1 % provino de Estados Unidos, donde la tasa de desempleo aumentó en enero, lo que sugiere que para sostener los flujos al país la diáspora puede haber accedido a sus ahorros, con lo que muestra su férreo compromiso con su patria de origen.
Otros elementos que pondera el ente emisor es que de mantenerse ese flujo durante 2022 ayudará a la acumulación de reservas internacionales sobre los US$13,300.0 millones, un 13.4 % del PIB y el equivalente a 6.5 meses de importaciones, números que desbordan los niveles recomendados por el FMI.
El excelente flujo de remesas en enero sirve también para vislumbrar que las perspectivas económicas se mantendrán positivas, aguijoneadas por la recuperación del turismo, el comportamiento récord de las exportaciones y el sistemático anuncio de proyectos de inversión extranjera directa.
Pero quedémonos con la recepción de remesas en enero en un escenario de aumento del desempleo y de la inflación en EE.UU. con lo que resulta un sofisma llamarles “dominicanos ausentes” a los compatriotas que se van a residir afuera.
Esos siempre están presentes y nunca pierden el vínculo con sus familiares de aquí, y un buen indicador es que esas remesas llegan sin importar circunstancias adversas, como se comprobó en los meses duros de la pandemia durante 2020 y en 2021, cuando alcanzaron cifras récord.
Los comentarios y alabanzas al informe sobre las remesas recibidas en enero tienen que complementarse con recordar que en esos fríos números está contenido el sacrificio de quienes emigran en busca de un mejor futuro.
Expresan además, esas cifras tiesas, una característica muy marcada en el dominicano que se marcha a tierras lejanas: que obligado por las circunstancias sale de su pueblo, pero su pueblo jamás sale de él.
