Avanzamos al tercer mes del segundo año bajo el ataque de la covid-19, con indicadores claros de que la lucha contra ese mal será larga. Es perceptible tanto aquí como en todo el mundo.
Cuando nos aferrábamos a la creencia de que con las vacunas la enfermedad retrocedería rápidamente, lo que hemos visto es un crudo incremento. En la India, donde incluso hay una planta procesadora de uno de los antígenos, el ataque ha sido devastador y las escenas espeluznantes.

Los dominicanos sobrevivimos aprendiendo cada día, pero continúan los contagios y las muertes. Con cerca de 270 mil contagiados y 226 mil 392 recuperados, según las estadísticas oficiales, las muertes se aproximan a las 3 mil 500, con una letalidad promedio de alrededor de 1.31%.

Los aprendizajes sugieren que la única manera de ganar la batalla al coronavirus es mediante el mantenimiento de los protocolos más sencillos: distanciamiento y mascarillas, y la vacunación.

Y no hay de otra, porque los países, y el nuestro no es la excepción, hacen todo lo posible por recuperar la normalidad. Las autoridades dominicanas apuestan decididamente a la idea de avanzar hacia la normalidad, en una larga marcha.

Y habrá de ser en medio de determinados parámetros, aparentemente con la comprensión de que habrá covid-19 para largo rato. El mes de abril es un buen referente para darse cuenta.

Nuestro redactor Luis Silva hizo un interesante conteo que nos sugiere hacia dónde vamos. Con 13 mil 834 casos y 155 muertes notificadas, en ese mes los indicadores registraron un ligero aumento. Para el inicio del feriado de la Semana Santa, la ocupación hospitalaria en los centros sanitarios que atienden contagiados fue de 19 %, con 474 camas ocupadas de las 2 mil 557 habilitadas.

El viernes el boletín Ministerio de Salud Pública (MSP) precisaba que el 25 % de las camas covid-19 estaban ocupadas y las Unidades de Cuidados Intensivos un 31 %.

Es decir, que la covid-19 sigue en su apogeo. Solamente en el fin de semana murieron 13 personas y fueron notificados 894 nuevos casos.

El costo hacia la normalidad puede ser alto. Y eso debemos tenerlo claro los mortales, que somos todos.

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