Ya marzo dobló la curva y pronto estaremos en abril, cuando el ministerio de Educación prevé iniciar la docencia presencial en los municipios donde la tasa de covid-19 esté por debajo de 5%. Comprensible el empeño por volver a las aulas, aunque tiene marcadas observaciones de los profesores a través de su gremio, lo que huele a potencial conflictividad.

Pero viéndolo bien, el Ministerio de Educación sólo contaría con dos meses y días de docencia presencial, porque normalmente el período termina a mediados de junio, y su plan empezaría el día 6 de abril.

Su afán por volver a las aulas no tiene que ser desdeñado, pero a decir verdad, por un factor tan simple como el tiempo, el número de municipios en los que se prevé reabrir, induce a pensar que se trata de un ensayo, al margen de las objeciones que ya ha hecho la Asociación de Profesores.

Mientras tanto, son muchos los reclamos de que cientos de escuelas sean reparadas, como suele hacerse para los inicios de la docencia, ahora con más exigencias por la presencia de la enfermedad.

Ya sabemos de las carencias de los locales escolares para cumplir con el protocolo de prevención del coronavirus. Rara vez se dispone de agua e instalaciones sanitarias adecuadas.

Es inevitable que surjan dudas y les demos pábulo a los señalamientos de los profesores.

Se nos ocurre que quizás sería más adecuado que el Ministerio empiece desde ya a trabajar para superar estos problemas con la mira puesta en el próximo año escolar, cuando probablemente hayamos avanzado en la lucha contra la covid-19.

Asimismo, este sería un período muy útil para disminuir las brechas que ahondan las diferencias en el acceso a las tecnologías en los centros públicos escolares. El Ministerio debe seguir apostando por el programa de acceso a la Internet y mejorar las herramientas con que cuentan los estudiantes y profesores, e instalar las facilidades en las escuelas. ¡Ahora!

Más que empeñarse en reabrir, la prudencia sugiere el mayor aprendizaje del actual proceso. Total, sin el concurso de los profesores difícilmente se pueda alcanzar una meta que desde ya estaría limitada por el alcance: municipios con una tasa covid de menos 5%, sujeto a los vaivenes de la pandemia.

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