La administración del presidente Danilo Medina aceleró la política de endeudamiento que venía aplicando el gobierno en lo que va de siglo.

El endeudamiento como “pilar” de la política de gastos o inversión pública no es único de República Dominicana. Pero no deja de preocupar, aun a quienes recurren al mismo ante la banca, gobiernos y en organismos internacionales, o mediante la emisión de bonos del Estado.

La causa esencial del endeudamiento dominicano, que rondaba a noviembre de 2019 los US$34,303.4 millones, ocurre simplemente porque las fuentes de ingresos al Estado vía impuestos resultan insuficientes para financiar los servicios y las inversiones. Las autoridades responsables de los recaudos hacen todo lo posible por cerrar las brechas mediante las cuales se evaden o eluden las contribuciones, y por más eficientes que resulten será muy difícil eliminarlas.

La vía expedita para el financiamiento del Estado tendrá que ser el aumento de las tasas impositivas, pero una medida de esa naturaleza no suele tomarse sin que los diferentes sectores de la sociedad lleguen a acuerdos.

En la Estrategia Nacional de Desarrollo se plantea la necesidad de establecer un pacto para modificar la política fiscal, de modo que las recaudaciones puedan ayudar eficientemente a sustentar el financiamiento del Estado. Pero eso no significa que los ingresos fiscales serán siempre suficientes y que por esa vía estaríamos acercándonos al fin del endeudamiento.

Siempre un Estado requerirá recursos para financiar las inversiones de nuevos proyectos en áreas fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas.

Pero para que sea sustentable en el tiempo, la política de endeudamiento tendría que correr acorde a la capacidad de pago del Estado, de modo que no se convierta en un fardo imposible de arrastrar.

El financiamiento del Estado tendría que ser en términos manejables. Que permita cumplir la función social, que empuje el crecimiento económico con equidad.

Pero resulta alarmante que el 55.23% del monto del financiamiento contemplado en el Presupuesto aprobado para este año tenga que ser precisamente para pagar deudas.

¿Hacia dónde vamos?

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