El decreto presidencial número 133-21, mediante el cual el Poder Ejecutivo dispone el más reciente régimen de toque de queda, es una expresión clarísima del afán de las autoridades por devolver a la República a la plena normalidad. Es comprensible e incluso loable que las autoridades tengan como norte ese afán, esa meta.
El decreto establece que las restricciones para la vida cotidiana empiezan desde las 9:00 de la noche hasta las 5:00 a.m. de lunes a viernes, y desde las 7:00 p.m. hasta las 5:00 a.m. durante los sábados y domingos. En ambos ciclos con un período de libre circulación vehicular durante tres horas.

La nueva disposición ha sido acogida por los empresarios y especialmente por aquellos cuyas actividades van más allá de la jornada solar. Lo mismo ocurre para la inmensa mayoría de los ciudadanos que desean recuperar lo más plenamente posible los hábitos de una vida libre de restricciones. Lo más normal del mundo, porque el estado natural de las personas es la libertad, sentirse en condición de administrar su tiempo como mejor les plazca.

¡Pero ojo! Imaginamos que el gobierno adoptó el nuevo paquete del toque de queda por el inicio del plan de vacunación. Si bien el mismo estimula un aliento, una esperanza, fe y confianza en el porvenir, en la vida, la covid-19 sigue entre nosotros. Apenas están siendo inoculados los actores de primera línea en el combate de la pandemia y los ciudadanos de más de 70 años. ¡Falta demasiado por hacer!

Entonces, es crucial que las autoridades insistan en que la ciudadanía comprenda que la nueva flexibilización no implica la renuncia al mantenimiento de las medidas de distanciamiento social a toda hora.

Y precisamente, ahora que se ha ampliado el período de libre circulación es cuando se requiere mayor rigurosidad en el cumplimiento de las normas para evitar los contagios.

La búsqueda de la normalización es justa y necesaria, y todos la deseamos, pero debe ser gestionada con el mayor rigor, sin perder de vista que lo esencial es la vida. Evitar retroceder cuando apenas comienza la campaña de vacunación.
Hay que tener cuidado y mantener las alertas.

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