El mundo vive otra edición de la confrontación palestino-israelí y especialmente la desproporcionada respuesta de Israel, empeñado en explicar que solo responde a una embestida del grupo Hamas que considera terrorista.
The New York Times contextualiza el origen de los hechos en una historia publicada el pasado miércoles que sugiere que los palestinos respondieron a una sucesión de agresiones en las tensas relaciones de violencia en un territorio predominantemente controlado por Israel.

Cuenta el diario que veintisiete días antes de que se disparase el primer cohete desde Gaza la semana pasada, “un escuadrón de policías israelíes entró en la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén, apartó a los asistentes palestinos y atravesó el vasto patio de piedra caliza. Luego cortaron los cables de los altavoces que transmiten las oraciones a los fieles desde cuatro minaretes medievales.

“Era la noche del 13 de abril, el primer día del mes sagrado musulmán del Ramadán. También era el Día del Recuerdo en Israel, que honra a los que murieron luchando por el país. El presidente israelí iba a pronunciar un discurso en el Muro de los Lamentos, un lugar sagrado para los judíos que se encuentra debajo de la mezquita, y las autoridades israelíes temían que las oraciones lo ahogaran.

“El incidente fue confirmado por seis funcionarios de la mezquita, tres de los cuales lo presenciaron; la policía israelí declinó hacer comentarios. En el mundo exterior, apenas se registró.

“Pero en retrospectiva, la incursión policial en la mezquita, uno de los lugares más sagrados del islam, fue una de las varias acciones que condujeron, menos de un mes después, a la repentina reanudación de la guerra entre Israel y Hamás, el grupo militante que gobierna la Franja de Gaza, y al estallido de los disturbios civiles entre árabes y judíos, en el propio Israel”.

Estamos ante otro capítulo de violencia desde el establecimiento del Estado judío en Palestina bajo el patrocinio de Gran Bretaña.
Igual que los israelíes, los palestinos tienen derecho a vivir. Los indiscriminados bombardeos de Israel deben cesar. Hamas racionalmente debe entender sus límites y tratar de establecer un diálogo que propicie la convivencia.

La masacre debe parar.

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