No sabemos cómo aparecerá en la historia, y particularmente en los anales del Congreso Nacional, el proyecto de ley mediante el cual se busca aprobar un nuevo Código Penal. Probablemente, habrá que consignar el largo período “en discusión”, aunque a decir verdad, la mayor parte del tiempo, entre 15 y 20 años, ha estado engavetado.

Esa larga estancia en el Congreso se ha agravado por la piedra de choque en que ha devenido el aborto terapéutico, o cuando por causas de necesidad o de fuerza mayor, fuese necesario. No hay que abundar cómo ha divido a algunos segmentos sociales.

Ahora bien, el Código, y en particular, las famosas causales, constituyen, y es el objeto de este comentario, una magnífica oportunidad para estudiar el comportamiento de nuestros políticos.

Un ángulo a considerar podría ser el discurso del actor político fuera del poder y cómo muta cuando está en el disfrute de las mieles del mismo.

Sería interesante medir el comportamiento frente a los entes de la sociedad ya desde el poder o desde el rol de “representación”.

En esa perspectiva, habría que considerar cómo valoran a los pobladores en atención a sus relaciones con los medios de producción o con los vínculos con las instituciones tradicionales que forman parte de lo que en algún momento se denominó como la superestructura.

Nunca será lo mismo abordar a las altas jerarquías sociales, a los poderes fácticos que a la gente común.

Habría que observar cómo se estructura el discurso en cada caso. Un modo con aquellos y otro frente a quienes apenas tienen capacidad para motorizar algunas protestas sin posibilidad de alcanzar algún calado o provocar una consistente movilización social.

En cuanto a la masa, esa amorfa expresión de la sociedad, la atención podría reflejar un dejo de cinismo o de cruel ignorancia, como si no existiera.

Como se deducirá por lo anterior, si la investigación profundiza en los detalles, develaría las diferencias de comportamiento en atención al potencial del auditorio, según el nivel de “representación social”.

En cualquier caso, resaltará cómo se produce la metamorfosis en la gente sin principios. Ayer una cosa, hoy o mañana, otra.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas